
India y Pakistán, dos potencias nucleares, se hallan al borde de la guerra tras un atentado en la Cachemira india, del cual Nueva Delhi culpa a insurgentes pakistaníes y en donde murieron 26 personas.
Nueva Delhi ha adoptado una serie de medidas diplomáticas en represalia, que han sido contestadas con la misma contundencia desde Pakistán. Una de las últimas medidas ha sido el cierre de la represa que da aguas del río Indo a amplias zonas agrícolas pakistaníes.
Ante esta situación, Pakistán ha enviado gran cantidad de tanques chinos a la zona de Cachemira, mientras India también aumentará su fuerza militar. Pakistán ha sido contundente, calificando la suspensión del agua como ilegítima y advirtiendo que cualquier interrupción del flujo hídrico será considerada “un acto de guerra”.