
Un crimen que conmocionó a toda la ciudad de Trujillo. Fue el que ocurrió este jueves a primeras horas de la mañana en la cuadra 9 del jirón Independencia en pleno Centro Histórico.
Jaime Alexander Flores Córdova, abogado de 37 años, como un padre de familia más, se había levantado temprano para dejar a sus hijos en el colegio, sin imaginar que unos sicarios lo estaban esperando en la puerta de la institución educativa para acabar con su vida.
Ante la presencia de sus hijos y transeúntes que se tiraron al suelo para evitar ser víctimas de una bala perdida, los delincuentes habrían disparado hasta 10 veces contra el abogado, que poco pudo hacer para evitar las balas, muriendo camino al hospital Belén.
Diversas instituciones reaccionaron a este crimen
Las reacciones sobre este atentado no se hicieron esperar. La Defensoría del pueblo, a través de un tuit, demandó a la policía nacional llevar a cabo acciones concretas para disminuir la criminalidad en la región.

Mientras el colegio de abogados de La Libertad, en un extenso pronunciamiento, lamentó la pérdida de su agremiado y exhortó a las autoridades locales, regionales y nacionales a priorizar medidas que frenen la ola delincuencial. En diálogo con N60, el decano de esta institución, indicó que buscará reunirse hasta con el Ministro del Interior para hacerle conocer la realidad de Trujillo.

Colegio suspendió su aniversario por crimen
Así mismo este crimen provocó que el colegio Graham Bell, cuyo frontis fue el escenario del crimen, cancelara temporalmente las actividades por su aniversario y suspendieran las clases presenciales programadas para este viernes.

El alcalde territorial del centro histórico, José Ferradas, reveló haber sido ignorado por las autoridades policiales cada vez que ha solicitado una reunión para hablar sobre seguridad ciudadana. Mientras el alcalde electo de Trujillo, Arturo Fernández, en esa misma línea y fiel a su estilo, expresó su indignación y dejó un mensaje al general en La Libertad a pocas semanas de iniciar su gestión municipal.

Una vida que apagó intempestivamente, una mujer viuda, hijos huérfanos, padres destrozados y una comunidad aterrada por la facilidad con la que los delincuentes cometen sus crímenes en las narices de las propias autoridades, fue el saldo que dejó este nuevo asesinato en la ciudad Trujillo. Se espera que ahora las autoridades, aun en el cargo, se olviden que sus gestiones están por acabar y con una mano en el corazón hagan un último esfuerzo para frenar la delincuencia.