
En un operativo en el penal de Lurigancho, más de 2 000 agentes de la Policía Nacional del Perú (PNP) y del Ejército intervinieron simultáneamente 25 pabellones de la cárcel. El objetivo principal fue desarticular redes criminales y erradicar los privilegios que gozaban ciertos internos.
Durante la intervención, las autoridades encontraron las celdas “VIP”, equipadas con ventiladores de techo, zapatillas de marca, ropa de diseñador y objetos personales de alto valor. Estas comodidades deberían ser impensables en un centro penitenciario, evidencian un nivel alarmante de corrupción en el interior del penal.



Según las primeras indagaciones, estas celdas de lujo habrían sido utilizadas por reos vinculados a organizaciones criminales que operaban con total libertad, facilitando actividades ilegales como la extorsión, el tráfico de drogas y otros delitos desde el interior del penal.
El Ministerio del Interior anunció que se iniciarán investigaciones para identificar a los funcionarios del INPE que habrían permitido estos privilegios, como parte de una estrategia más amplia de reforma del sistema penitenciario y lucha contra el crimen organizado.