
La muerte de 40 hampones de una sanguinaria pandilla de Haití a causa de empanadas envenenadas que les dio una mujer, ha causado conmoción en dicho país que es azotado por la criminalidad.
Una comerciante de Kenscoff, Puerto Príncipe, decidió hacer justicia con sus propias manos: en un aparente gesto de bondad, le sirvió alimentos intoxicados con un pesticida agrícola a los integrantes de Viv Ansanm, banda criminal que Estados Unidos considera como terrorista.
La ciudadana, que confesó haber actuado sola, solía venderle productos a estas personas, quienes formaban parte de la agrupación armada responsable de numerosos actos de violencia en el país. Tras lograr su cometido, la mujer pudo ponerse a salvo con las fuerzas policiales y evitar cualquier tipo de represalia. Antes de poder recibir atención médica, los maleantes murieron.