
El sacerdote español Jordi Bertomeu, enviado del Papa Francisco a Perú, anunció que el pontífice ha ordenado la disolución del Sodalicio de Vida Cristiana (SVC) y de todas las organizaciones creadas por su fundador, Luis Fernando Figari.
Durante una homilía en la parroquia Nuestra Señora de la Reconciliación, Bertomeu explicó que el Santo Padre le encomendó la “delicada misión” de acompañar este proceso tras concluir que el SVC “no tenía un carisma genuino desde su fundación”.

“El 20 de diciembre de 2024, el Papa me llamó a su despacho en el Vaticano para pedirme, después de una misión especial, muy difícil y complicada, que recogiera los hechos y escuchara a las víctimas”, señalo Bertomeu.
Tras este análisis, el pontífice decidió que el SVC y otras organizaciones asociadas, como el Movimiento de Vida Cristiana y las Siervas del Plan de Dios, debían ser disueltas.
El sacerdote enfatizó que la decisión no busca castigar a nadie, sino rescatar los valores positivos que algunos de sus miembros han construido. “No es un castigo, es todo lo contrario. Quiero lo mejor de esa gente de buena voluntad que durante muchos años ha hecho un buen camino”, citó Bertomeu sobre las palabras del Papa Francisco.
En cuanto al futuro de la comunidad, Bertomeu explicó que el proceso de disolución permitirá “recoger esos pedazos” y “empezar algo mucho mejor”, eliminando los elementos negativos que marcaron la historia del SVC. Asimismo, confirmó que la parroquia de La Molina continuará funcionando y que los sacerdotes del Sodalicio se integrarán al clero diocesano.
El Vaticano inició esta investigación en 2023 con la visita del arzobispo Charles Scicluna y del propio Bertomeu. En agosto de 2024, la Santa Sede expulsó a Figari y a 15 miembros de la organización por delitos de abuso. Desde 2015, diversas investigaciones han expuesto las denuncias de víctimas y el impacto del abuso sistemático dentro del SVC, lo que llevó finalmente a la histórica decisión del Papa.