El suspendido alcalde provincial de Trujillo, César Arturo Fernández Bazán, suma una nueva denuncia en la larga lista de causas judiciales que pesa sobre sus hombros, además de una sentencia delictiva.
Esta vez, el abogado César Sandoval Pozo, acudió este jueves 11 de julio a la Corte Superior de Justicia de Lima para interponer una querella por presunta difamación agravada contra el cuestionado político.
«Exijo que responda por todas sus mentiras, calumnias y difamaciones totalmente infundadas y solo llevadas por el odio y el rencor que tiene. Con sus injurias, vituperios, bajezas y adjetivos calificativos trata de manchar mi honra. No voy a permitir que mi honor se vea perjudicado por la culpa de la irresponsabilidad de quien fue sentenciado por cometer delito y ahora reitera sus actos”, enfatizó César Sandoval.
El letrado exigió que el Ministerio Público realice una exhaustiva investigación contra Fernández por la presunta comisión del delito de tráfico de influencias en el Jurado Nacional de Elecciones (JNE).
Según se detalla en el Expediente N° 05156-2024-0-1826-JR-PE-20, Arturo Fernández estaría perpetrando este ilícito penal con altos funcionarios del JNE al publicar en sus redes sociales conversaciones con uno de ellos.
«Tendrá que venir a los tribunales de Lima a responder por sus mentiras, calumnias, difamaciones y por el presunto tráfico de influencias. Lo querello y solicito que intervenga el Ministerio Público en el presunto delito de tráfico de influencias entre Arturo Fernández y el JNE. Iré hasta las últimas consecuencias y no me detendré hasta verlo donde le corresponde estar”, acotó César Sandoval.
«Yo no lo conozco en persona, a ningún miembro del JNE. No he ido hace más de una década y él tiene una ligereza que lo lleva a poder calumniar y difamar, y no pensar que uno tiene familia, una trayectoria. El sr. ya es reincidente, ha sido sentenciado. Cuando uno reincide la cárcel es efectiva, pero sigue actuando de manera irresponsable. El sr., más allá de lo que dicen, que le recomiendan que se haga un tratamiento psicológico, alguien tiene que ponerle un límite, está fuera de sí, no puede ir difamando a todos», comentó.