
Una ladrillera clandestina ubicada en la urbanización Santa Isabel fue clausurada por 30 días por personal de Defensa Civil debido a las pésimas e inseguras condiciones en las que funcionaba.
Dicho negoció ya había sido cerrado con anterioridad tras no contar con el permiso para operar, llegando incluso, en aquella ocasión, a levantar una pared sobre la puerta clausurada por las autoridades ediles para construir una nueva y despistarlas.
Entre los fallos hallados en el establecimiento está el uso de cables mellizos y expuestos sin protección, no contar con señalética ni extintores y tener un muro perimétrico en mal estado, por lo cual no se contaba con el certificado de Defensa Civil.
Debido a la renuencia de los conductores del negocio de acatar las disposiciones de la comuna trujillana y como medida preventiva, se soldó la entrada de metal.