
Desalmados. Delincuentes forzaron la puerta del comedor popular “Ramón Castilla”, en San Juan de Lurigancho, Lima, y se llevaron hasta los cubiertos, además de víveres, con lo cual dejaron a 22 familias sin comer.
Un grupo de madres cocinaba diariamente para alimentar a esas familias de escasos recursos. Hoy, el local está vacío. No hay arroz, ni menestras, ni ollas, ni balones de gas.
El miércoles 27 de marzo, al amanecer, Bertha Parhuayo Huarcaya, presidenta de la olla común, llegó como cada día para iniciar la jornada. Lo que encontró fue devastador: la puerta principal estaba abierta, la ventana forzada y el candado del almacén roto. «Adentro todo estaba desordenado, no nos dejaron nada para comer», relató.

Los ladrones se llevaron sacos de arroz, fideos, azúcar, menestras, latas de atún, botellas de aceite. No contentos con ello, también se llevaron los utensilios, la cocina y cuatro balones de gas. «Son demasiadas cosas, creemos que ha sido más de una persona por todo el peso que tuvieron que cargar», contó Bertha Parhuayo.
Sin más alternativa, han tenido que empezar de nuevo, buscando un nuevo espacio y tratando de improvisar una cocina con palos y maderas. Pero sin insumos, la olla común no puede cumplir su función. «Estamos desesperadas porque no podemos darles de comer desde hace cinco días. Uno como adulto puede aguantar el hambre, pero los niños y los ancianos no», dijo con preocupación.