
Promesas que habían quedado en el olvido pero que hoy vuelven a recordarse ante la actual coyuntura que vive el país y la crisis política, que parece no tener fin aun con la caída de Pedro Castillo.
Hace exactamente un año, el día 7 de diciembre del 2021, durante un evento oficial realizado en la ciudad de Juliaca, Puno, la entonces vicepresidenta, juraba lealtad a Pedro Castillo asegurando que renunciaría a su cargo, en caso el mandatario fuese vacado por el congreso de la república, esto mientras los parlamentarios debatían la primera moción de vacancia, que había presentado la congresista Patricia Chirinos.
Dina Boluarte, quien desde la campaña y durante casi toda la gestión de Castillo, fue una férrea defensora del exmandatario, al punto de asumir como ministra de Desarrollo e Inclusión Social en diferentes gabinetes, parece haberse olvidado de sus palabras, pues acudió por todo lo alto, a asumir la presidencia de la república, en una ceremonia en la que incluso fue aplaudida por los mismos congresistas que en su momento, también intentaron que dejara su cargo.
Incluso hace poco, salvó de ser denunciado por el presunto delito de abuso de autoridad, esto luego de que la subcomisión de acusaciones constitucionales, decidiera archivar su caso por declararlo improcedente.
Dina Boluarte, asume el mayor reto de su vida, en una coyuntura complicada en la que lo más consciente sería proponer un adelanto de elecciones. Sin embargo, aseguró que se quedará hasta el 2026. Esperamos que la inexperiencia, que tanto usó su antecesor como excusa para justificar su incapacidad, no le pase factura y de prioridad a la solución de las verdaderas necesidades del país.