
El presidente estadounidense firmó una orden ejecutiva para desvincularse del organismo internacional y suspender la ayuda a la UNRWA, argumentando un supuesto sesgo contra Israel. La medida genera preocupación por su impacto en la cooperación global y la asistencia humanitaria.
Esta decisión se basa en la percepción de que el Consejo de Derechos Humanos muestra un sesgo constante contra Israel y permite que países con graves violaciones de derechos humanos, como Irán y China, se protejan a sí mismos. Trump ya había retirado a Estados Unidos de este organismo durante su primer mandato, pero la administración de Joe Biden reincorporó al país. Con esta nueva retirada, la administración Trump busca revisar la participación de EE. UU. en organizaciones internacionales que, según ellos, promueven «sentimientos radicales o antiestadounidenses».
Además, la orden ejecutiva solicita una revisión general de organismos internacionales para evaluar su alineación con los intereses estadounidenses. En paralelo, Trump planea cerrar el Departamento de Educación y la Agencia de los EE.UU. para el Desarrollo Internacional (USAID). También está considerando encarcelar a delincuentes estadounidenses en prisiones de otros países, analizando una oferta de El Salvador para albergar a criminales peligrosos de EE.UU.
Expertos en relaciones internacionales advierten que estas acciones minan la cooperación global y reducen la influencia de EE. UU. en foros internacionales. Además que congelar los fondos a la UNRWA afectará a millones de refugiados palestinos que dependen de la ayuda para educación, salud y alimentación.
Por otro lado, partidarios de Trump consideran que la ONU ha sido injusta con Israel y que EE. UU. debe dejar de financiar organismos que, según ellos, tienen un sesgo contra su aliado. Además, respaldan la medida como parte de una política de «América Primero» que busca priorizar los intereses nacionales por encima de compromisos internacionales.