
Japón ha dado un paso histórico al elegir por primera vez a una mujer como jefa de gobierno. El Parlamento nombró a Sanae Takaichi como primera ministra, marcando un hito en la política de una nación que, hasta ahora, nunca había tenido una mujer al frente del Ejecutivo.
La elección de Takaichi se produjo tras la renuncia de Shigeru Ishiba, líder del Partido Liberal Democrático (PLD), quien dimitió luego de una serie de derrotas electorales. La nueva primera ministra, también integrante del PLD, logró asegurar una mayoría parlamentaria gracias a una alianza con el partido Innovación de Japón.
Conocida por su perfil conservador, Takaichi ha expresado su admiración por figuras como Margaret Thatcher y se ha pronunciado en contra del matrimonio igualitario. Además, defiende la continuidad de la sucesión masculina en la familia imperial japonesa.
Su llegada al poder representa un cambio simbólico en la política japonesa, tradicionalmente dominada por hombres, y abre un nuevo capítulo en la historia del país asiático.

