
“Toda agresión a una autoridad del Estado debe ser sancionada”. Con esta frase, el presidente del Poder Judicial, Javier Arévalo Vela, lamentó que las personas que atacan a representantes de las diferentes instituciones del Estado reciben una leve o a veces ninguna sanción. Como lo sucedido en Ayacucho con la presidenta Dina Boluarte, cuyas agresoras están libres.
“En los últimos tiempos hemos observado en silencio cómo miembros de la Policía Nacional, Fiscalizadores, nuestros serenos y otras autoridades públicas son agredidas sin que no haya una sanción ejemplar”, remarcó Arévalo Vela, tras inaugurar la Unidad de Flagrancia contra la Delincuencia en Sullana.

En Trujillo
En la capital de La Libertad, Trujillo, esto se vivió repetidamente con la gestión del suspendido alcalde Arturo Fernández Bazán, quien insultaba a las autoridades y vecinos que le criticaban la corrupción y el caos en el que había sumido a la ciudad. Más aún, Fernández era apoyado por grupos violentistas que se dedicaron a insultar y a agredir no solamente a los críticos de su administración, sino también a los periodistas.
Muchos de los hombres de prensa fueron insultados, les arrojaron huevos y hasta quisieron golpearlos por el solo hecho de dar a conocer las desatinadas decisiones del hoy sentenciado burgomaestre. En ese sentido, es necesario que haya una sanción drástica para quienes faltan el respeto de palabra y de obra a las autoridades.