
El Tribunal de Seúl decidió extender la detención del presidente Yoon Suk-yeol, quien permanece recluido en el centro de detención de la capital. Según los jueces, existe el riesgo de que el acusado pueda destruir pruebas en su contra.
La decisión desató protestas masivas frente al tribunal, donde más de 44 mil manifestantes expresaron su apoyo al mandatario suspendido. Algunos enfrentaron a las fuerzas del orden, resultando en 40 arrestos por agresiones y disturbios.

Yoon Suk-yeol está acusado de haber declarado la ley marcial en diciembre y de invalidar al parlamento rodeado por tropas militares, lo que, según la Fiscalía, desestabilizó al país. Si es declarado culpable, podría enfrentar cadena perpetua o la pena de muerte.
El presidente suspendido compareció ante el tribunal el sábado, donde habló durante 40 minutos para defenderse de las acusaciones. Su abogado aseguró que su intención era restaurar su honor y responder fielmente a los señalamientos.
La Asamblea Nacional destituyó a Yoon en diciembre mediante una moción, pero el Tribunal Constitucional aún debe decidir si confirma su remoción definitiva del cargo.