María Ávila Ramos, una de las 8 personas secuestradas por rondas campesinas de Chillia, en la provincia de Pataz, en la región de La Libertad, reveló que dirigentes tenían pensado quemarlos en el sector de Carhuacocha, en Parcoy.
“Les dije que me lleven a mi casa y me botaron -en algún lugar de una carretera-, que en Carhuacocha aseguraban que me iban a quemar», relató la víctima a Exitosa.
Ávila Ramos narró los episodios de tortura y calvario que tuvo que pasar durante los más de 10 días de su retención.“Me colgaron de una viga. ‘Así quiero verte, perra’, me decían […] Me pegaban con cordones y correas. Me quemaron con electricidad, me caí y ahí amanecí”, señaló.
Ella es una de las siete mujeres, que, junto a un hombre, fueron privados de su libertad desde fines de junio tras ser acusados de cometer actos de hechicería.
