
En Alabama, un condenado a muerte ha renunciado a sus apelaciones para retrasar la aplicación de su sentencia. James Osgood, de 55 años, ha pedido que la pena de muerte se lleve a cabo de inmediato porque cree firmemente en el principio de justicia retributiva. Osgood ultrajó sexualmente y asesinó a Tracy Lynn Brown en 2010.
Por ello, el recluso insiste en que, después de cometer un crimen tan atroz, no merece continuar viviendo y, por lo tanto, prefiere afrontar la condena de muerte. Este caso resalta las tensiones que existen en torno a la pena capital en el país. A pesar de las apelaciones que podrían haber evitado o demorado su ejecución, Osgood ha optado por renunciar a cualquier recurso legal.
“La razón por la que desistí de mi apelación es que soy culpable de asesinato”, expresó de manera clara. James Osgood ha decidido no apelar su condena, a pesar de que existían vías legales que podrían haberle permitido evitar la ejecución. Cree que esta decisión refleja lo que considera una forma de justicia retributiva. “Creo firmemente, como dije en el tribunal, en la ley de ojo por ojo, diente por diente. Quité una vida, así que la mía está perdida», declaró en una entrevista telefónica desde prisión.