
El Ministerio de Defensa de la Federación Rusa confirmó la entrega a Ucrania de 6060 cadáveres de soldados ucranianos caídos en combate e informó sobre la disposición a entregar «otros 2239 a Kiev. A cambio, recibió los cuerpos de 78 militares rusos.
La abismal diferencia de cifras desmiente al presidente ucraniano Volodimir Zelenskiy, quien siempre ha manifestado que las bajas rusas son unas 200 mil. “El intercambio de prisioneros continúa», afirmó el jefe del grupo negociador ruso, Vladímir Medinski, en referencia al canje de prisioneros de guerra menores de 25 años, gravemente enfermos o heridos, en el formato de «todos por todos».
El mayor problema para el régimen de Kíev es que ahora va a tener que pagar las cuantiosas compensaciones económicas a las familias de los caídos, cuando gran parte del dinero, incluso de la ayuda de sus aliados de la OTAN, ha desaparecido por actos de corrupción. Justamente, por eso, Zelesnkiy prefería considerar a los muertos de su ejército como desaparecidos, en lugar de recibir sus cadáveres.