El joven Gianfranco Horna Carrasco (29), asesinado por sicarios debido a que se negó a pagar cupos por su cebichería y discoteca, tenía la ilusión de ser integrante de la Policía, institución a la que trató de ingresar, pero luego decidió abrir sus propios negocios.
Lamentablemente, debido al éxito de sus locales comerciales, empezó a ser extorsionado por organizaciones criminales. Sin embargo, Horna se negó a pagar cupos de las ganancias conseguidas con el esfuerzo de su trabajo. Más aún, ante las amenazas de la mafia andaba armado, según recogió el portal Causa Justa.
El homicidio ocurrió el 14 de septiembre de 2024, en el distrito La Esperanza, en Trujillo, cuando la víctima había acudido a la barbería A y D para cortarse el cabello. Es ahí donde los sicarios perpetraron su crimen. Ingresaron a la peluquería y dispararon varias veces contra el joven empresario, tras lo cual huyeron. Cuando llegó una ambulancia, y también policías, se comprobó que Gianfranco estaba sin vida.
Familiares del occiso revelaron que Gianfranco Horna había denunciado las extorsiones a la Policía, pero, según su madre, en lugar de brindarle protección, le aconsejaron pagar el cupo. «Mi hijo no era un delincuente, solo intentaba protegerse. ¿Qué más podía hacer si la Policía no lo ayudaba?», se preguntó.