
La Dirección Regional de Salud de Tumbes confirmó la muerte por COVID-19 de un niño de tan solo un año de edad, en el distrito de Zorritos, provincia de Contralmirante Villar.
Lo más indignante es que, tras contagiarse en una fiesta infantil, el menor no fue llevado a recibir un tratamiento en el hospital, porque sus familiares pensaban curarlo a través de oraciones de su grupo religioso, según contó el director regional de Salud, Rommell Gonzalez.
«Lamentablemente es el primer fallecido, un niño de un año de edad, procedente de Zorritos. Lamentablemente la familia y por las condiciones religiosas que tienen ellos lo han tenido en casa. Han estado orando por él en casa y cuando lo han visto malito, han tratado de llevarlo y el niño ha llegado cadáver», narró en RPP.
Tenía comorbilidades
El funcionario agregó que, tras investigar su caso, detectaron que el menor de edad sufría de desnutrición crónica y anemia, problemas que pudieron agravar su estado de salud.
«Al momento que hemos terminado la investigación, hemos encontrado cormobilidades en él. No era un niño que estaba totalmente sano, tenía una desnutrición crónica y una anemia de por medio. Esto también facilitó que el virus se pueda desarrollar en él y complicaciones adicionales», afirmó.