
El gobierno de Chile informó que su aguardiente tradicional, que ellos pomposamente llaman pisco, ha dado un paso importante para obtener el reconocimiento de la Unesco como Patrimonio de la Humanidad. La bebida ha sido incluida en la lista tentativa de bienes culturales que podrían acceder a esta distinción.
Este anuncio ha generado expectativas en el sector pisquero chileno, que ve en esta medida una oportunidad para fortalecer su identidad y ampliar su presencia en el mercado internacional.

Paralelamente, la Unesco ha certificado documentos históricos que respaldan el origen del pisco en el Perú. En un acto realizado en Lima, la organización entregó certificados que asocian la producción y comercialización del aguardiente con la región del puerto de Pisco, en el territorio peruano. Estos registros, que datan de los siglos XVI y XVII, fueron incluidos en el Programa Memoria del Mundo, validando la presencia histórica de la bebida en el país.
Ante esto, el gobierno chileno ha argumentado que el reconocimiento otorgado por la Unesco a los documentos peruanos no implica exclusividad sobre el nombre del producto. Las autoridades chilenas han indicado que su país cuenta con acuerdos comerciales y resoluciones judiciales que respaldan la denominación del pisco chileno en mercados internacionales.