La pandemia de la COVID-19 detuvo al mundo y no solo a quienes gozamos de plena libertad, sino también a aquellas que se encuentran detrás de unas rejas, entre cuatro paredes cumpliendo condena.
Ellas, no es un Día de la Madre como ellas acostumbraban celebrar, es un día triste y sombrío, más de lo normal. Hoy no habrá actuaciones, ni orquestines, tampoco visita de sus familiares.
Este año las internas del penal de mujeres El Milagro, celebran solas a puerta cerrada y entre rejas, solo les brindaran una mejor alimentación por este su día.
El Día de la Madre para muchos es sinónimo de compartir, de celebrar en familia y sobretodo de reconocer a aquellas mujeres que dieron su vida por sacar adelante a lo más sagrado, sus hijos.
Un promedio de 380 reclusas de El Milagro son madres y 14 menores de 3 años viven con ellas dentro, donde la unión hace la fuerza en este tipo de festividades.
Ellas se reunirán como cada tarde en los amplios comedores, donde van a tener un pequeño almuerzo por este su día de la madre.
Sin duda alguna el coronavirus cambio nuestras vidas y también silencio mucho más las de aquellas sin ver la ciudad.